- Por què lloras? - le preguntaron las Oreades.
- Lloro por Narciso _ respondiò el lago.
- Ah, no nos asombra que llores por Narciso!- prosiguieron ellas-. Al fin y al cabo, a pensar de que nosotras siempre corrìamos tras èl por el bosque, tù eras el ùnico que tenìa la oportunidad de contemplar de cerca su beleza.
- Pero Narciso era bello?- preguntò el lago.
- Quien sino tù podrìà saberlo?_ respondieron las Oreades. En definitiva era en tus margenes donde el se inclinaba para contemplarse todos los dias.
El lago permaneciò en silencio unos instantes. Finalmente dijo:
- Yo lloro por Narciso, pero nunca me di cuenta de que Narciso fuera bello.
^^Lloro por Narciso porque cada vez que él se inclinaba sobre mi margenes yo podìa ver, en el fondo de sus ojos, reflejada mi propria beleza.
Paulo Coelho.EL Alquimista
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